Brasil establecerá un límite a las emisiones de dióxido de carbono de las grandes empresas contaminantes como parte de una iniciativa más amplia de transición ecológica destinada a ayudar al país a alcanzar la neutralidad de CO2 en 2050, según uno de los arquitectos del plan.
El plan del presidente Luiz Inácio Lula da Silva incluirá la creación de un mercado de carbono regulado, así como medidas para acabar gradualmente con las subvenciones a los combustibles fósiles y estimular el uso de vehículos eléctricos de transporte público, dijo Rafael Dubeux, que coordina el programa como asesor especial del Ministro de Hacienda Fernando Haddad.
La administración de Lula busca acelerar una “transformación ecológica y energética” después de que el predecesor de Lula, el ex presidente Jair Bolsonaro, presidiera una deforestación récord en la Amazonía.
La propuesta de Brasil podría afectar a las petroleras
Ahora la nueva administración ha presentado una legislación al Congreso de Brasil, que se espera que debata este mes la creación de un nuevo mercado de carbono regulado con límites de emisiones para las empresas.
Esos límites afectarán a los productores de petróleo y gas, incluido el gigante petrolero estatal Petrobras.
Los procesadores y productores de acero, cemento, aluminio y carne también se verán afectados por el límite del nuevo mercado de carbono, dijo Dubeux. El tope se aplicará a las emisiones de las empresas que emitan más de 25.000 toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e) al año.
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Las empresas que se verán afectadas por el límite de emisiones representan sólo el 0,1% de todas las empresas brasileñas, pero emiten casi la mitad de las emisiones del país, añadió Dubeux.
El nuevo mercado del carbono, si lo aprueba el Congreso de Brasil, no entrará en vigor inmediatamente. Habrá dos años de seguimiento de las emisiones antes de que el tope y el mercado de créditos de emisión entren oficialmente en vigor.
A pesar de los esfuerzos por acelerar la reducción de emisiones, la administración brasileña ha señalado que no hay discrepancia entre los esfuerzos de Brasil por avanzar en la transición energética y el hecho de que su petrolera estatal, Petrobras, siga perforando en zonas fronterizas nacionales.
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“No hay ninguna contradicción. Usted indica dónde quiere llegar y luego necesitará recursos para ello”, dijo el jefe de gabinete de Lula, Rui Costa, en una entrevista radiofónica esta semana recogida por Reuters.
“Vamos a construir una matriz energética sostenible y renovable, pero es obvio que necesitamos financiar ese proceso de transición”, añadió Costa.
Foto de Pixabay en Pexels
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