Royal Dutch Shell dijo el jueves que había decidido no invertir en un desarrollo petrolero británico frente a la costa de Escocia que se ha convertido en una prueba de las credenciales medioambientales del gobierno.
El yacimiento, conocido como Cambo, se encuentra en aguas profundas al noroeste de las islas Shetland. Se considera un indicador del futuro de la industria petrolífera británica del Mar del Norte, que está en declive pero sigue siendo importante.
El gobierno británico está estudiando la posibilidad de aprobar el proyecto, que según los grupos ecologistas y algunos políticos debería rechazarse porque produciría emisiones de dióxido de carbono consideradas responsables del cambio climático.
Shell, que posee el 30% de Cambo, dijo que había "llegado a la conclusión de que los argumentos económicos para invertir en este proyecto no son lo suficientemente fuertes en este momento".
La empresa también dijo que había "posibilidad de retrasos", aparentemente refiriéndose a la posibilidad de que la perforación suscite protestas de grupos ecologistas y posiblemente acciones legales para intentar detenerla. Shell dijo recientemente que planeaba trasladar su sede de los Países Bajos a Gran Bretaña.
Duro revés para el proyecto
La decisión de Shell de no invertir en el desarrollo de Cambo es un duro golpe para el proyecto. Siccar Point Energy, una empresa de capital privado que es la principal propietaria y promotora de Cambo, declaró que, aunque estaba "decepcionada" por la decisión de Shell, seguía "confiando en las cualidades" del proyecto, afirmando que crearía 1.000 puestos de trabajo.
Siccar Point ha declarado que tiene previsto invertir 2.600 millones de dólares en Cambo y que ya ha gastado 190 millones de dólares en los cuatro años transcurridos desde que adquirió los derechos del yacimiento, descubierto en 2002.
La industria petrolera argumenta que, mientras Gran Bretaña consuma más petróleo y gas natural del que produce, es preferible que esos combustibles procedan del Mar del Norte, donde se pueden establecer regulaciones sobre las emisiones, en lugar de hacerlo de lugares con menos controles potenciales.
El grupo ecologista Greenpeace UK dijo que dejar que Cambo siga adelante "sería un desastre para nuestro clima y dejaría al consumidor británico vulnerable a la volatilidad de los mercados de los combustibles fósiles".
Noticia tomada de: The New York Times / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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