La Compañía Petrolera Nacional de Venezuela, PDVSA, ha perdido casi toda su capacidad para refinación de crudo, solo mantiene en operación una porción de la planta de Amuay de 635.000 bpd, según informes internos de la compañía revisados por Argus Media.
A fines de agosto, Amuay procesaba 120.000 bpd o aproximadamente 9 % de la capacidad de refinación doméstica de PDVSA de 1,3 millones bpd.

PDVSA opera Amuay en conjunto con la refinería Cardón de 305.000 bpd en la península de Paraguaná. Pero Cardón, así como las refinerías El Palito de 140.000 bpd y la de Puerto La Cruz de 190.000 bpd estaban fuera de operación en agosto 2019, esto de acuerdo a lo que indican los informes de PDVSA.
Las limitaciones en el sistema de refinación nacional de PDVSA, junto con las sanciones financieras y petroleras estadounidenses que impiden las importaciones, se manifiesta en una escasez generalizada de combustible.
PDVSA no ha logrado acuerdos con sus socios principales en las empresas conjuntas en la Faja Petrolífera del Orinoco, como Rosneft de Rusia y CNPC de China, para que acepten participaciones minoritarias en las refinerías a cambio de apoyo financiero y técnico para salvarlas.
Un proyecto para actualizar la refinería de Puerto La Cruz, lanzado oficialmente hace más de una década, está paralizado debido a incumplimientos de pago por PDVSA a su contratista coreano-chino Hyundai-Wison, según la documentación.
Figura 1. Proyecto de ampliación de capacidad en la refinería de Puerto la Cruz (Conversión Profunda).
PDVSA dice que la actualización del proyecto de conversión profunda de Puerto La Cruz se completará antes de fines de 2020, pero el precio se ha incrementado a más de US$ 9 mil millones desde aproximadamente US$ 4 mil millones en 2008.
Todas las refinerías de PDVSA sufren de un déficit de materia prima, servicios industriales inestables, fuga de mano de obra y fallas de equipos que PDVSA que no ha podido reparar por falta de repuestos. Los informes de la compañía indican que gran parte del equipo no tiene reparación.

Las unidades inactivas de Amuay incluyen cuatro de cinco torres de destilación con una capacidad combinada de más de 500.000 bpd, más 258.000 bpd de capacidad de hidrodesulfuración, un flexicoker de 62.000 bpd e isomerización de butano y unidades reformadoras de hidrógeno. La unidad Fluid Catalytic Cracking (FCC) de 104.000 bdd de Amuay está operando a aproximadamente 40 % de capacidad.
En Cardón, las instalaciones que están fuera de operación incluye una FCC de 86,000 bpd, 305.000 b/d de capacidad de destilación, 185.000 b/d de capacidad de hidrodesulfuración e hidrotratamiento, y unidades de alquilación y coquización retardada.
La Refinería El Palito ha estado fuera de operación desde que un incendio de 2017 dañó su FCC de 61.500 bpd. Los intentos frecuentes el año pasado para reiniciar varias unidades inoperativas no tuvieron éxito y el esfuerzo se abandonó cuando PDVSA centró sus para mantener en funcionamiento el muy importante Complejo Refinador Paraguaná (CRP).
Fuera de Venezuela, PDVSA también está perdiendo activos clave de refinación, para empezar con Citgo, la subsidiaria ubicada en EE.UU. cuyos ingresos se encuentran bloqueados por las sanciones del gobierno de Estados Unidos. Por otra parte, el arrendamiento a largo plazo en la refinería Isla en Curazao de 335.000 bpd, termina en diciembre. El gobierno de la isla está negociando con el refinador alemán Klesch para un nuevo arrendamiento operativo.
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