Impulsadas por compromisos netos de carbono cero adquiridos por la Unión Europea y el Reino Unido, las grandes petroleras de Europa se han visto bajo presión adicional para impulsar nuevas y efectivas estrategias energéticas.
Las grandes petroleras de Europa se han visto sometidas a crecientes presiones para adoptar la transición energética y alinear sus carteras con los objetivos del acuerdo climático de París. Por un lado, presiones de los propios inversionistas para que se produzcan cambios y por el otro lado la Unión Europea (UE), así como el Reino Unido, que se han comprometido a lograr emisiones netas de carbono cero para 2050.
Se espera que las empresas se ajusten a los objetivos que cada país ha establecido en este sentido. Esta presión se intensificará en el mundo posterior al Covid, con el compromiso de la UE de reconstruir su economía sobre principios ecológicos. Nuevas políticas y regulaciones impulsarán este cambio.

Las estrategias de las grandes petroleras europeas continúan evolucionando, con un compromiso creciente tanto con los objetivos de reducción de carbono como con una diversificación más profunda hacia energías limpias.
Las ambiciones y objetivos netos de carbono cero ahora están impulsando las estrategias de todas estas empresas. Las metodologías para contabilizar las emisiones de carbono pueden diferir entre las empresas, pero la hoja de ruta es clara. Todas las grandes petroleras europeas tienen como objetivo cero emisiones netas de Alcance 1 y 2 para 2050.
La diversificación
Las empresas Total y Shell son las líderes en inversión en toda la cadena de valor de la electricidad. Por su parte, Eni y Repsol están en un camino similar. Aún está por verse si BP y Equinor, que inicialmente se han centrado en la inversión en generación renovable, seguirán a sus principales competidores europeos en el suministro de gas y energía a clientes residenciales.
Se amplía la brecha con Norteamérica
Las dos grandes petroleras norteamericanas, ExxonMobil y Chevron se han negado a establecer objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a largo plazo, diciendo que no son útiles en un contexto global.
Lo más notorio es que ninguna de las empresas se ha comprometido a reducir su producción de petróleo y gas durante la próxima década.
El hecho de que las grandes petroleras estadounidenses se unan a sus contrapartes europeas dependerá de la presión regulatoria o de los inversores que las obligue a implementar estrategias de cambio.
Las inminentes elecciones presidenciales estadounidenses podrían ser un catalizador en el cambio de estrategia.
También, un impulsor duradero para el cambio sería si los mercados recompensan a las grandes europeas por sus objetivos estratégicos y que superan significativamente a sus pares estadounidenses.
Desde los inicios de la industria, este es sin duda el período más desafiante que hayan enfrentado, pero también quizás el más emocionante para el sector del petróleo y el gas.
Figura 1. La brecha es amplia entre las empresas norteamericanas y europeas
¿Cómo pueden los productores reducir las emisiones?
Las emisiones de Alcance 1 y 2 de los campos offshore representan alrededor del 3% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Es posible eliminar las fugas, la ventilación y la quema de metano mediante procedimientos más estrictos y el endurecimiento de los sistemas operativos en las plataformas y tuberías.
La electrificación utilizando energías renovables y almacenamiento de energía es el objetivo, pero debe ser una energía confiable y constante. Pasarán varios años antes de que se pueda implementar un sistema de cero emisiones de carbono sin diésel o gasolina como respaldo.
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