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Boxfish Research, con sede en Nueva Zelanda, y Transmark Subsea, de Noruega, están a punto de lanzar una nueva clase de vehículo autónomo de observación submarina, del que se dice que puede estar desplegado bajo el agua durante meses.
El ARV-i, que se lanzará a mediados de octubre, permite la vigilancia continua de activos submarinos con aplicación a una serie de industrias en alta mar, como la de la energía, el petróleo y el gas, la eólica marina y la acuicultura.
La nueva clase incorpora la tecnología de alimentación y comunicación submarina de Transmark Subsea y las características de la plataforma ROV de Boxfish.
Según Boxfish, el vehículo ofrece a los usuarios flexibilidad operativa y es configurable para el autopilotaje totalmente autónomo o el control manual, y puede desplegarse durante meses bajo el agua cuando funciona como vehículo residente.
Una estación de acoplamiento submarina propia facilita la carga inalámbrica de la batería y la transferencia de datos de las excursiones del vehículo, mientras que la programación previa y la inteligencia a bordo permiten al ARV-i navegar por el terreno submarino, localizando y observando activos de forma autónoma cuando está en modo residente.
El vehículo de 25 kg cuenta con ocho propulsores, hasta seis cámaras de visión artificial, una cámara de navegación 4K y 17.000 lúmenes de iluminación.
El ARV-i dispone de un modo de pilotaje manual que utiliza vídeo en directo o un gemelo digital del entorno si el personal en tierra requiere un control directo, según Boxfish.
Aunque se trata de una solución sin ataduras, puede configurarse con una conexión de fibra óptica si se requiere un flujo de vídeo de mayor calidad.
Noticia tomada de: Offshore Energy / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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