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En medio de una demanda que no cederá pronto, los precios del gas natural en Estados Unidos alcanzaron esta semana el nivel más alto de los últimos 14 años, con la referencia Henry Hub superando los 10 dólares por millón de unidades térmicas británicas.
Estados Unidos se ha convertido en el mayor proveedor de gas natural de Europa, que se vio inmersa en una crisis de gas después de que la demanda superara la oferta el año pasado. A lo que continuó con la imposición de siete paquetes de sanciones a Rusia, su principal proveedor, por su invasión de Ucrania.
El gas estadounidense, licuado y transportado a las terminales de importación de GNL en Europa, ha sido fundamental para llenar las cavernas de almacenamiento de gas de Europa antes de lo previsto. Al mismo tiempo, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Europa en el departamento de suministro de gas: prácticamente no tiene alternativas al gas estadounidense, y esto ha hecho que su factura de gas sea diez veces superior a lo que los países europeos gastan normalmente en gas.
La vulnerabilidad también se ha puesto de manifiesto por la interrupción de la producción de Freeport LNG, que suministra aproximadamente una quinta parte del GNL estadounidense y que ahora ha dicho que no reiniciará la producción antes de noviembre.
Todos los indicadores fundamentales y técnicos están dando luz verde a la subida de los precios del gas natural en EE.UU.
La firma comercial Ritterbusch & Associates dijo que los precios del gas natural en EE.UU. podrían subir aún más, cerca de 12 dólares por millón de unidades térmicas británicas en un futuro no muy lejano.
Por su parte, Reuters informó esta semana de que los precios del GNL en Europa habían alcanzado un descuento récord con respecto a la referencia europea: el centro TTF de los Países Bajos, donde se suministra el gas.
Un descuento suele ser una buena noticia, pero en esta ocasión se debe a la fuerte subida de los precios del TTF después de que Gazprom dijera que iba a parar el Nord Stream 1 para realizar un mantenimiento no planificado del único compresor que le queda.
Los precios del gas de EE.UU. son vulnerables a la volatilidad
Sin embargo, debido al aumento de las exportaciones de gas natural a Europa, los precios del gas de EE.UU. también se han vuelto mucho más vulnerables a diversos acontecimientos. Esta misma semana, las noticias sobre el retraso en la reanudación de Freeport LNG hicieron que los precios del gas estadounidense bajaran un 5%. No obstante, las perspectivas a largo plazo siguen siendo alcistas.
A principios de este año, la empresa de inversiones Goehring & Rozencwajg pronosticó que los precios del gas natural en Estados Unidos iban a despegar después de los europeos en poco tiempo. Las razones de esta subida eran la escasez general de oferta de gas y el nuevo papel central de los productores estadounidenses como principales proveedores de Europa. Además, Goehring & Rozencwajg pronosticó que la producción de gas de EE.UU. se acercaba a una meseta.
Esta semana, los precios del GNL en Asia empezaron con unos 60 dólares por mmBtu, mientras que los precios europeos para los cargamentos de GNL de octubre se negociaron a poco más de 60 dólares por mmBtu.
Se trata de un aumento de casi el doble con respecto a mayo, y es poco probable que los precios vuelvan a bajar a medida que se acelera la carrera por conseguir suficiente gas para la temporada de calefacción.
Esto significa que los precios del gas en Estados Unidos también seguirán bajo presión al alza, y eso también durará un tiempo. Reuters informó esta semana de que los productores estadounidenses de gas natural licuado habían cerrado contratos para la entrega de unos 48 millones de toneladas de GNL en total, lo que supondría un aumento de las exportaciones totales de GNL de hasta el 60% si se construyen todas las nuevas terminales previstas.
Mientras tanto, como no hay suficientes terminales de exportación de GNL para satisfacer la demanda actual, los inventarios de gas en EE.UU. están en declive, y aún podría resultar que Goehring & Rozecwajg tenían razón, a pesar de un repunte en la producción de gas.
Un alza en los precios del gas en Estados Unidos será una muy mala noticia, y no sólo para el propio país. Europa depende literalmente del gas licuado estadounidense, ya que pretende cortar todos los lazos comerciales con Rusia.
Pero si los precios del gas suben demasiado en EE.UU., es posible que haya que frenar las exportaciones, ya que el gas se sigue utilizando ampliamente en EE.UU. para la generación de electricidad, y nadie quiere que los votantes tengan las facturas de electricidad por las nubes antes de las elecciones de mitad de mandato de noviembre. Y esto significa que Europa se quedará a la espera, sin suficiente gas para pasar el invierno.
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